«Si te das cuenta de que has estado escuchando y siguiendo la voz equivocada, la que te impulsa hacia el «mal», no te preocupes;
pídele a mi padre que también es el tuyo que quite todo aquello que te impide oír claramente Su voz y que te ayude a obedecerle y empezarás a sentir Su presencia y una paz indescriptible»
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